El espectáculo muestra un camino a través de sonidos y formas de la cultura gitana que recorrren Europa: las czardas húngaras, el valse musette, el swing, las hore rumanas, las canciones albanesas y mucho más. Este eterogéneo paisaje musical que se extiende desde Francia a los Balcanes hasta los países del este de Europa cruzando Alsacia, la ex-Yugoslavia, Albania, Serbia, Rumania, se mezcla en un sonido que es típico del swing manouche francés, homenaje al músico Django Reinhardt y su gente, los gitanos, únicos testigos, hasta la fecha, de la extraordinaria variedad y riqueza de los lenguajes musicales que animan la cultura europea.